jueves, 8 de abril de 2010

EsTocada


Un espejo descomunal refleja tu faceta pseudo atlética. Un par de matambres arrollados a tu alrededor listos para la carga. Posición concentración. Disposición nivel diez. Igual que vos, alertas al sonido de la primera pista de una laarga serie. Envuelta en una calza color azul peltre ceñida al body y completamente entregada al calvario que se te viene.
Música al palo, ahora ya estás embarcada. Ni se te ocurra claudicar. Saltito firme, patita al step, y el lema de arranque es uno: todo sea por lograr el necesario calentamiento corporal y/o global y/o articular y/o “no te largues fría porque seguro te desgarrás”.
Tanda de movimientos reiterados y para nada complejos. No obstante, siempre hay alguien víctima de su total y absoluta falta de cadencia que no caza la consigna y desentona con la orquesta. ¡Pobre infeliz! ¡Así y todo se esmera!
Mientras, tu imagen ceñida y espléndida, dando muestras de notable ritmo. Casi casi discípula perfecta. Hasta que se te cruza. Sí, en medio de esa coreo tan perfectamente sincronizada aparece él y su ingratitud y te llueve la fiesta. Comenzás a desentonar y te bamboleás como loca mala. No das pie con bola y aquel meneo que te salía divino, te enmaraña y te complica y te ouchhh!
Pero la música sigue aunque la mística no. No importa, hacemos un blanco. Opción reset y seguimos a la prole enardecida que nos rodea.
A esta altura, una sucesión de ejercicios para brazos tan bravos como estimulantes. Mirada al espejo, tan recia y tan dura, consagrada al patán de turno y a tu inclaudicable obstinación. Te observás con atención y te preguntás si estás entrenando para físicoculturista o si estás queriendo sacar músculo para meterle un trompazo al sujeto en cuestión. Como sea, proseguís en la lucha, no bajás la guardia y arremetés con las para nada bienvenidas sentadillas que siguen en la rutina. ¿Vos querías piernas firmes? ¡Tus deseos son órdenes, nena! Acto seguido, estocadas en puerta: un excelente ejercicio para tonificar los muslos y la parte trasera. Paradita y resignada con los pies separados a la altura de los hombros. A eso le sumás las pesas que con tanto empeño y dedicación sostenés. Paso laargo hacia adelante con tu pierna derecha y flexión de ambas rodillas hasta que el muslo quede en sentido paralelo al piso. Importante: no dejes que la rodillita sobrepase tu pie. Volvés a la posición inicial y ahora le toca el turno al jamoncito izquierdo. Dos series de 12. Literalmente knockout! Maldita estocada, me has dejado exhausta para continuar con la inmediata serie de abdominales. Estocada de mi corazón que con tanta perseverancia te venero. Estocada consciente de tamaño esfuerzo… Estocada estocada, ¿quién es la más bella y la más esbelta y la más deseada? “Situaciónmuygym”.-

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